La palabra Yoga viene del verbo ligar, re-unir. El objetivo último del Yoga es la
reunificación del Ser individual con el Todo. Unión de tu conciencia finita con tu conciencia infinita en el aquí y el ahora.
El yoga nos permite poco a poco consolidar la certeza interior de que todo lo que
vivimos en el tiempo y el espacio es pasajero y que lo que permanece, lo que
trasciende a los eventos del cotidiano, es esa conciencia de unidad y totalidad. Se dice fácil, aunque parecería que alcanzarlo es una meta reservada a unos cuantos
“elegidos”, sin embargo, todos los seres humanos estamos anatómicamente diseñados para dicha experiencia de Unidad.
En nosotros existe una disposición biológica que nos permite tener la experiencia de la realidad, más allá de la apariencia o Maya. El Yoga, es la herramienta para activar en nuestro sistema dicha Biología de encuentro con nuestro verdadero Ser.
La literatura en torno al tema es infinita y mucha de ella es ancestral, cualquiera que esté interesado puede hoy en día en acceder al conocimiento profundo de esta disciplina humana y encontrar infinidad de referencias y herramientas.
Caminos dentro del Yoga hay muchos y todos los caminos son validos si “llevan a
Roma”, es decir, no importa la corriente del que decidas practicar siempre y cuando lo hagas con amor, compromiso, paciencia y disciplina.
Activar la Biología del Encuentro, como la he llamado sin afán de ciencia, requiere
constancia. Es difícil que el entendimiento profundo de Verdad y Unidad suceda de un día al otro pese a que existen testimonios a lo largo de la historia de sucesos de
inmediata “iluminación”; sucesos que encienden en el Ser todos los elementos
necesarios para el despertar de la conciencia de un solo golpe. Esto es poco común y para la mayoría de nosotros, este es un camino de devoción y mucha perseverancia, de subir y caer, de recogerse a si mismo con amor y tolerancia y sobre todo, de entender que lo extraordinario es el viaje, el camino, la experiencia y que quizá en ese recorrido, un día, sin saber cómo ni cuándo sucede el milagro de la Comunión, aunque sólo dure un instante todas las horas de práctica habrán valido la pena.
Sat nam
Con Amor
Dra. Mariana Salinas
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